Next from Walter Presents on PBS, "La Otra Mirada" The following program contains content which may not be suitable for all audiences.
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Thank you.
Manuela: Carmen, ellos son Jorge Merlot, director de cine, y Benito Padilla, el mejor actor de España.
Y mi primo favorito.
Han venido a impartir unas charlas de cine.
Queremos que contéis vuestra historia en una película de cine que vais a hacer vosotras juntas.
Teresa: Ya conocemos muy bien la visión que los hombres tienen del mundo.
Necesitamos mujeres contadoras de historias, escritoras, directoras.
- i¡Corten!
- ¿Y ahora qué?
Quiero más complicidad.
Pero ¿complicidad de qué?
Si le conozco desde hace un rato.
Se supone que somos novios.
Lo sabe todo Sevilla.
Tomás: ¿Qué le has hecho?
- ¿La vas a defender?
Pero si es una busco... - ¿Que qué le has hecho?
i¡Eh, qué pasa aquí!
Roberta: Haga lo que haga, lo que me pasó me va a perseguir para siempre.
Teresa: ¿Cuánto tiempo llevas en la calle?
Inés: Desde pequeña.
Teresa: ¿Tus padres?
No tengo.
Tus problemas y los míos nunca serán los mismos.
Pero a lo mejor lo que queremos sí es igual.
- Allá vienen, vámonos.
- i¡Que me dejes en paz!
Lo mejor es que no te acercques más a él.
Cuéntame qué ha pasado.
Roberta es mi hermana.
Ella tiene todo el derecho del mundo de saberlo, pero es que yo ahora... yo ahora me encuentro muy débil.
Estás muy rara conmigo.
Me caes muy bien y todo eso, pero yo estoy aquí para estudiar, y tú para trabajar.
Podríamos dejar nuestro trabajo e irnos fuera de Sevilla.
¿Y mi academia qué?
Yo iba a salir a comer, ¿te apuntas?
Martín: Claro, ahora tengo la tarde libre.
Manuela: Bueno, ya sabes que Roberta no está pasando por un buen momento.
Solo necesito tiempo te lo dije.
Pero que te estás alejando de ella en lugar de acercarte.
Luisa: Hace mucho tiempo que no me siento tan viva.
Carmen: Muy poca gente le da bien a su segundo intento.
- ¿Te interesaría aprender más?
- Sí, claro.
Hombre: Si no os gusta cómo se cuenta la historia, contadla vosotras mismas.
Las cosas no están yendo bien entre nosotros.
Si tan mal estábamos, ¿por qué me pediste que volviera?
i¡Porque mi madre me lo pidió!
A cambio del dinero que me dio para la academia.
¿Cómo van las cosas por allí?
Ha habido un pequeño imprevisto con la ayuda al Ministerio, pero está todo arreglado.
Entiendo que no puedas cuidar de una pareja, pero... creo que deberías cuidar de una hermana.
[Solloza] Gracias por venir.
No sabía a quién más llamar.
[Música jazz] [♪♪] [Apaga la música] [Ruido a vajilla] [Teclea] [Agujas de reloj] [Lapicera] [Sirven té] [Máquina de escribir] [Sonido a papel] [Agujas del reloj] [Abolla el papel] [Golpea lapicera en mesa] [Succiona] [Teclea] [Golpea lapicera en mesa] i¡Puedes parar con eso!
[♪♪] [Cierra la puerta] [♪ Tema Musical ♪] [♪♪] [♪♪] [♪♪] Buenos días.
Hola.
Vamos que no llegamos.
Perdón.
Buenos días.
[♪♪] ¿Qué tal?
¿Qué pasa?
Nada, ¿qué va a pasar?
[Ríe] Venga, vámonos a clase.
Que no llegamos.
Roberta: Madre mía, se lo va a contar a media academia, la conozco.
¿Y qué?
A ver, Roberta, que tampoco estamos haciendo nada malo.
Que ya... ya lo sé.
Pero es que van a hablar y no me apetece que hablen.
[Suspira] Además, que subas cada dos por tres a arreglar cosas ya es muy sospechoso.
Tenemos que vernos con más cuidado.
Teresa: Melilla, Agosto de 1909.
La mujer que veis entre soldados es la primera mujer corresponsal de guerra de España.
Carmen de Burgos.
También conocida como "Colombine".
Lo que quiero es comenzar con el género periodístico.
Quiero que cada una haga una redacción sobre la corresponsalía de un diario.
Aquí tienes algunos ejemplos... A ver, ¿no se supone que íbamos a hacer una revista?
Eso pone en el plan de estudios.
No la vamos a hacer.
Teresa, nos hacía mucha ilusión.
Bueno, pues buscad ilusión en la redacción que os he pedido, ¿mm?
Es que no entiendo por qué tanto empeño con una simple revista.
Bueno, porque las alumnas llevan esperándola desde principio de curso, Teresa.
Y porque estaba en el plan de estudios de tu asignatura.
¿No entiendo qué problema hay ahora?
¿Que es mi asignatura y tengo derecho a llevarla como considere?
Pues yo creo que hay algo más.
- ¿Algo más?
- Sí.
¿Y qué más?
Pues, por ejemplo, que esta mañana has hablado de una manera muy brusca a una compañera.
Manuela, no le des importancia.
Todas tenemos días complicados.
No, sí que le doy importancia, Luisa... i¡Luisa!
Como comprenderéis, no puedo permitir que nos hablemos mal entre nosotras, ni que una maestra, sin motivo aparente, decida que no va a llevar acabo una actividad que es importante para las alumnas.
¿Me estás acusando de incumplir mis funciones, Manuela?
No sé, Teresa... Yo sé que estás pasando por un mal momento, pero... igual tenía razón, y tenías que haberte tomado unos días de descanso.
¿Y a ti, en tu mal momento, qué tal te vendrían unos días de descanso?
No te preocupes que haré la revista.
[♪♪] ¿A qué se refería, Manuela, qué te pasa?
Martín y yo, que no estamos juntos.
Carmen: [Toca el silbato] Empezamos estirando a la izquierda.
Así... Muy bien, estiramos más... Muy bien... Y del otro lado.
No llamar a la puerta es de mala educación.
Y lo del meter al novio en la habitación, de poca cabeza.
Que no es mi novio.
Casi os pilla Flavia.
¿Qué pasa con Flavia?
Y ahora... [Toca el silbato] Abrimos las piernas... y tocamos el suelo con las manos.
Así.
Margarita, mira, presta menos atención a lo que le pase a Flavia y dedícate más al jardinero, que no te quita ojo.
Qué pesado es.
Que vale que esté enamorado de mí, y no me extraña.
Pues que me sigue a todos lados, parece mi sombra.
Carmen: [Toca el silbato] Brazos en cruz.
Y damos saltos.
i¡Venga, todas!
i¡Más energía, por favor!
[♪♪] i¡Venga!
i¡Más arriba!
¿Qué le pasa a Flavia?
¿No está muy blanca?
¿Estás bien?
Tienes muy mala cara.
¿Falta mucho?
Doña Carmen, ¿podemos tomar un descanso?
No, por supuesto que no.
Si os cuesta respirar, por favor, abrid bien la boca y soltad... Flavia: [Tose] - ¿Qué ha pasado?
Carmen: Flavia... Me parece que, al final, ha soltado algo más que aire.
Pascual: Por lo menos ya has recuperado algo de color.
¿Desde cuándo te encuentras mal?
Llevo como unos días un poco cansada.
¿Cuándo ha sido la última vez que has tenido el período?
No sé, no sabría decirle.
No los tengo muy regulares.
Es importante que controléis eso bien.
No solo por posibles embarazos.
¿Cree que estoy embarazada?
No sé, Flavia, dímelo tú, ¿hay alguna posibilidad?
i¡No!
Bueno, a ver, sí, pero ¿cómo voy a estar embarazada?
Habrá sido un corte de digestión, o la gimnasia.
Vamos a ver, Flavia, las náuseas, el dolor de abdomen, la hinchazón... son síntomas que podrían ser de un posible embarazo.
Pero, bueno, yo lo que quiero ahora es llevarme una muestra de orina y hacer unas pruebas.
Y también te quiero hacer un reconocimiento.
- Vamos a ver.
- No se lo dirá a nadie, ¿verdad?
Bueno, primero tendré que saber si hay algo que decir, ¿no?
Ahora te vas a beber esto... y en un par de días volveré a dar los resultados, ¿de acuerdo?
[Canto de pájaros] Teresa: Benito Padilla, Santiago Bernabéu, Fortuny y Madrazo.
¿Eso es todo lo que proponéis para la revista?
¿Una mujer?
[Carraspea] ¿Flavia?
¿Qué?
¿Has elegido a una mujer para tu artículo?
No.
[Exhala] Bueno, pues... ya que tenemos que hacer la revista, ¿qué os parece si nos centramos solo en mujeres?
¿Y de dónde vamos a sacar la información?
En eso consiste el periodismo, ¿no?
Tenéis que escoger una mujer que os inspire.
En la que os sintáis reflejadas.
Un referente.
¿Puedo escribir sobre mi madre?
Por supuesto.
Una madre puede ser un gran referente.
[♪♪] Doña Manuela... Dime.
He seleccionado Carolina y María Montagne para el articulo de la revista... Pero no sé dónde buscar más información.
Solo tengo esta imagen.
¿Y le has preguntado a Teresa?
Teresa... Las hermanas Montagne, seguro que tú tienes más información que yo.
¿Qué necesitas?
Cualquier cosa, revistas, libros, lo que sea.
Creo que tengo en casa una revista, si quieres, te la traigo mañana a primera hora.
De acuerdo.
Gracias.
[♪♪] [♪♪] [♪♪] [♪♪] ¿Tú también estás planeando fugarte?
Algún día iré a África.
En Sevilla solo cuentan historias de esclavos.
Pero yo sé que hay mucho más.
Además, ahí están mis orígenes.
¿Tú tienes padres?
Murieron.
¿Y hermanos?
No.
Estamos solas.
¿Y has pensado sobre quién vas a escribir para la revista?
[Ríe] Había pensado en escribir sobre ti.
[Ríen] Pues, peor no puede salir.
Ya, pero es que tampoco tengo muchas opciones.
[Ríe] Me gustaría hablar sobre mi madre, como van a hacer otras chicas.
Pero, claro, ¿qué voy a contar?
Que seguramente era una prostituta o una criada.
¿Y qué que fuese una criada o un prostituta?
Era una mujer, ¿no?
[♪♪] ¿Tú me acompañarías al hospicio a buscar información sobre ella?
[Exhala] Lo siento, Inés, no puedo.
Y, sinceramente... creo que es muy difícil conseguir esa información.
Bueno... a mí me gustan las cosas difíciles.
Lo vas a hacer de todas formas, ¿verdad?
Conmigo o sin mí.
Sí, ¿no lo harías tú en mi lugar?
[♪♪] Te acompaño, pero... tenéis que hacer todo lo que yo te diga, ¿sí?
¿Te ha gustado?
No.
Bueno, sí, es muy bonita.
La cuestión es que tú y yo teníamos un trato.
Yo, a mis estudios, y tú, a tus rastrojos.
Y sanseacabó.
Pero yo no quiero que sanseacabe.
Me gusta estar cerca de ti.
Mira, Elías, agradezco tu interés... pero te pedí que me dejaras tranquila, y te veo en cada esquina.
Sí, porque es donde debo estar.
¿Por qué?
Confía en mí.
Te espero a las 12 en la capilla... y te lo cuento todo.
Bueno, ya veremos si voy.
No prometo nada.
[♪♪] Echo de menos Sevilla.
Estoy cansado de tanto viaje.
[♪♪] Ya ni siquiera te molestas en fingir interés.
- ¿Tanto te aburro?
- No.
- Perdona, ¿qué decías?
- Es igual.
Cuéntame algo tú.
¿Cómo van las clases?
Estamos editando una revista sobre mujeres que nos inspiran.
Yo he elegido a Doña Manuela hija.
No... no sabía que quisieras ser maestra.
Y no quiero, pero Doña Manuela ha sabido compaginar una familia y una carrera.
Bueno, hasta donde yo sé, es ejemplo de todo lo contrario.
Ni siquiera tiene hijos.
¿Qué va a pasar con mis estudios cuando tengamos hijos?
Los dejarás, claro, para ser una madre maravillosa.
[♪♪] [Canto de grillos] Pascual: Aquí dice que han puesto una bomba en uno de los furgones de la fábrica de Don Rafael Peralta.
Menos mal que no ha habido heridos.
Pero parece que a este hombre se le complican los negocios.
No me gustaría decir que me alegro, pero... tampoco me gusta mentir, la verdad.
Pues deberías alegrarte menos de las desgracias ajenas, y centrarte en la academia que me tienes muy preocupada.
[Exhala] Ayer coincidí con los Ortíz de Guzmán.
Sus hijas van a estudiar... en Cádiz.
Los Fernández de Molina también han descartado la academia, tienen cuatro hijas... - Cuatro alumnas menos.
- Bueno, pues, ya les invitaré a las jornadas de puertas abiertas.
No seas ingenua.
Todos sabemos lo que tienen en común esas familias.
Sus negocios con Rafael Peralta.
¿Y qué quiere que haga si se dedica a difamarnos ante sus socios?
No puedo hacer nada, madre.
Una buena directora debe saber también a quién se enfrenta.
No te conviene un enemigo así.
Tu madre tiene razón.
Los puestos de responsabilidad exigen prudencia y mucha mano izquierda.
No sé por qué, pero siempre terminamos hablando de trabajo.
Mm, será porque no hay nada más importante, Don Pascual.
Roberta: ¿Has ido alguna vez a París?
No.
Dicen que las señoras van a las casas de moda y ahí se sientan y observan cómo las maniquís se prueban los vestidos.
Me encantaría verlo.
[Puerta se abre] - Viene alguien.
- Pero ¿qué haces?
[Ríe] No te rías que no es gracioso.
Tenemos que tener más cuidado.
¿Más?
Pero si parecemos fugitivos.
Tiene que ser así.
Que ya lo sé.
Y ya tengo la lección bien aprendida.
Que no es la primera vez que paso por esto.
Yo no soy Flavia, ¿eh?
[Carraspea] Lo sé.
Lo sé, perdona, que no quería decir eso.
Es que me gustas.
Y quiero hacer cosas contigo, como salir a pasear por Triana, estar juntos, pero sin escondernos.
Sabes que no debemos.
Pero yo lo siento así.
[♪♪] Tomás, yo necesito más tiempo.
[♪♪] Lo entiendes, ¿no?
Sí.
Pascual: Hasta mañana, hija.
Manuela: Adiós, padre.
Gracias.
[Cierra la puerta] [Suspira] Buenas noches.
Buenas noches.
[♪♪] [♪♪] [Suspira] Ahí.
Pégate más.
[Fuego ardiendo] Ahí.
¿Lo escuchas?
Pero ¿qué escuchas?
- ¿A Dios?
- No.
Ven... Ahí, a esa pared.
Aquí también los oigo.
[Fuego ardiendo] ¿Están ahí?
Nos vigilan.
Pero ¿quiénes?
Los que me quieren hacer daño.
A mi tío Antonio también le perseguían.
En el pueblo le llamaban "loco"... pero de loco, nada.
El Antonio tenía más razón que un santo.
Lo sé.
Por eso te pusiste nervioso en nuestra cita.
Pero ¿cuándo me van a dejar tranquilo?
Lo único que quiero es hablar contigo a solas.
Pero otra vez están aquí.
Sí... Elías, yo creo que es mejor que nos vayamos a dormir, es tarde.
Sé que te he molestado estos días... pero me da miedo que te hagan algo.
Ellos saben que me gustas mucho.
Pero cuando estoy contigo... me siento bien.
No voy a dejar que te pase nada malo.
Te lo juro.
Yo tampoco voy a dejar que te pase nada malo.
[Fuego ardiendo] Pero vámonos a dormir, ¿vale?
Ok. [Puerta se abre] [♪♪] [Puerta se abre] i¡Ah!
[Balbucea] [Balbucea] Qué mala pata, ¿eh?
¿Qué no dormís ninguna a vuestra hora o qué?
- [Balbucea] - [Chista] Voy a quitar la mano poco a poco y no vas a decir ni mu.
[Balbucea] - i¡Con Tomás Peralta!
- [Chista] ¿Qué te he dicho, Margarita?
Roberta, que la vas a ahogar.
[Balbucea] - Sin gritar.
- [Balbucea] ¿Cómo ha pasado esto?
¿Quién lo sabe?
Nadie.
Roberta, mientes fatal.
Lo sabe Candela.
Pero, por favor, tienes que prometernos que no se lo vas a contar a nadie.
Pero ¿cuándo he contado yo algo, eh?
¿Cuándo?
[Campanadas] - ¿Estás segura de que es aquí?
- Sí, da igual.
Solo falta el cartel.
Es que parece una vivienda.
Disculpe.
- ¿Qué se ofrece?
- Estoy buscando a mi madre.
[Ríe] ¿Podría decirnos, por favor, si este es el antiguo hospicio?
Por el precio adecuado, sí.
[Ríe] Gracias.
Vamos.
Morena, yo sé dónde puede estar tu madre, ven a verme a la calle Los Arcos.
- Déjela en paz.
- Señora, que estoy ayudando.
- ¿Qué te ha dicho?
- Nada.
¿Y tú crees que yo he nacido ayer?
Que vaya a la calle de Los Arcos.
Tú te has dado cuenta de que este hombre solo quiere dinero, ¿no?
Ni se te ocurra ir.
Pero ¿si dice la verdad?
¿Y si sabe algo de mi madre qué?
Te prohíbo que vayas a ese sitio.
Y te lo digo muy en serio.
Lo volveremos a intentar otro día, ¿sí?
[♪♪] [Bullicio] [♪♪] Doña Luisa... ¿Sí, Roberta?
¿Ha visto a Teresa?
- ¿A Teresa?
- Sí.
Vino esta mañana temprano a recoger a Inés y no la he vuelto a ver.
Si es que soy imbécil... ¿Perdona?
¿Por qué dices eso?
Porque Teresa me iba a ayudar con mi artículo.
Pero está claro que tiene otras prioridades.
A ver, Roberta, no seas injusta.
Teresa está muy ocupada, y sois muchas... Doña Luisa, si lo de la revista es una tontería.
Nunca una tontería.
A veces es mejor no tener referentes para que no te decepcionen.
Pero ¿qué te pasa, Roberta?
¿Qué te pasa?
Nada, Doña Luisa, déjelo.
[♪♪] [Teclean] ¿Podrías prestar un poco de atención?
i¡Margarita!
Imposible, la psiquiatría es muy exigente.
Además, aquí falta la mitad del equipo de redacción.
Es verdad, ¿dónde está Teresa?
¿Y las demás?
Inés se fue esta mañana y no ha vuelto.
Ya, Flavia está en su habitación.
Dice que todavía no tiene nada.
Pero, no sé, está más rara.
¿Y Roberta?
Hace mucho que no la vemos.
Igual se ha echado novio.
María Jesús: ¿De verdad?
Oye, ¿qué os parece si acompañamos cada texto con una imagen?
¿No?
Margarita: ¿Tú no sabes nada?
- Yo qué voy a saber.
Júralo, júralo porque el pelo se te quede lacio.
[Canto de pájaros] Es que yo no sirvo para esto.
Los gastos del último mes.
A este ritmo no llegamos a fin de curso.
[♪♪] - [Exhala] - No te agobies.
Seguiré buscando opciones.
Sí, no es solo eso... [♪♪] Es por Martín, ¿verdad?
- Le vi el otro día.
- ¿Sí?
Estaba destrozado.
Tiene sus motivos.
¿Por qué no me lo dijiste antes?
Pues, no sé, lo siento, porque todavía estoy asimilándolo.
Es tan raro, seguimos viviendo en la misma casa, pero... la situación es insoportable.
Sabes que estoy aquí para lo que necesites.
Lo sé.
- Pero ¿entonces sois novios?
- Pero ¿cómo ha pasado?
No lo sé, ha pasado y ya está.
Flavia no lo sabe, ¿verdad?
¿El qué?
Tomás y Roberta son novios.
[♪♪] Me alegro por vosotros.
Os merecéis que os vaya todo bien.
Gracias.
[♪♪] ¿Esto es lo que me traéis?
"La duquesa de Carmona y sus pretendientes".
¿Y todos estos espacios en blanco qué son?
Yo estoy en ello.
Yo todavía no tengo nada.
- Muy bien... - A mí me hubiese encantado terminarlo, pero me falta la información que me prometiste.
[Suspira] Perdóname, Roberta.
- Ayer tenía muchísimo... - No voy a hacerlo.
¿Cómo que no vas a hacerlo?
Pues que ahora no quiero hacerlo.
Pues ahora es una actividad obligatoria.
Exiges mucho, ¿no?
para lo poco que das.
¿Cómo?
Te exijo lo que me corresponde como tu maestra que soy, Roberta.
Y tú, como alumna, tendrás que aprender a ver que no eres la única.
No creo que lo sea.
[Cierra la puerta] [Carraspea] Mirad, eh... bastantes obstáculos nos ponen ya para que solo ellos gobiernen los países, lideren las empresas y pongan sus nombres en las placas.
Pero si nos lo tomamos a broma, no va a cambiar nada.
Vosotras veréis qué tipo de revista queréis.
[Campanadas] [Gritos] ¿Desde cuándo fumas a escondidas?
Es que necesitaba espacio.
¿Quieres que me vaya?
No.
¿Cómo estás?
Bueno... Mucho trabajo, pero bien.
¿Y tú?
Bueno, ahí voy.
Pero no tienes que preocuparte... Es que preocuparse es lo que hacen las personas cuando quieren a otras personas, Tere.
[♪♪] Tengo que irme.
Es que tengo algo que hacer.
[♪♪] Doña Manuela, ¿podría hacerle unas preguntas para la revista?
Claro.
Cuéntame, ¿sobre quién?
Sobre usted.
Había pensado en escribir sobre mujeres... que consiguen compaginar su trabajo y su matrimonio.
¿Y qué quieres saber?
Cuéntame.
¿Por qué no tiene hijos?
[Ríe] Lo siento si soy indiscreta.
Pero es que, tarde o temprano, tendré que formar mi propia familia, y no sé cómo encaja eso con querer ser abogada.
Bueno, Flavia, hay tantas maternidades como mujeres.
Y hay mujeres que no pueden tener hijos.
Y otras que no quieren.
Pero es que yo sí que quiero... pero también quiero estudiar.
Bueno, pues si tienes claro que quieres ser madre y ser abogada, estoy segura de que vas a encontrar la manera.
Puede que no sea fácil, pero... aquí vamos a estar para apoyarte.
Y estoy segura de que Enrique también lo hará.
¿Tienes alguna pregunta más?
[♪♪] [Canto de pájaros] ¿Ves como no era pa tanto?
Es mucho mejor esto que estar escondidos por Sevilla.
Bueno, ahora ya da igual, porque lo saben todas.
¿Qué tal la revista?
No voy a hacerla.
Oye, vamos por Triana.
Que se está levantando un poquito de viento.
Oye, ¿qué viento, Tomás?
Si además eras tú el que querías estar por la playa.
Porque prefiero ir por Triana.
i¡Dichosos los ojos!
Vámonos.
Así que por eso me vendiste.
Haberme dicho que te interesaba meterte en las bragas de mi novia.
Así todo queda en familia.
Pero ¿tú qué quieres, eh?
- Dímelo.
- Tomás, por favor, vámonos.
Que te busques una señorita de verdad.
Y si no tienes cuidado, esta te va a hacer lo mismo que a mí.
Hermanito... Yo no soy tu hermano.
Tú y yo no somos nada.
Un Peralta nunca deja de serlo.
Yo no soy un Peralta, ese apellido está manchado.
[♪♪] Así, bien anclado.
[Canto de pájaros] Hoy no es mi día, Doña Carmen.
Si es que tengo alguno bueno.
No te machaques tanto, María Jesús.
Creo que estás entrenando muy bien.
- Había pensado en incluirla para mi reportaje para la revista... Si le parece bien.
- Sería un honor.
- Teresa dijo que eligiésemos a alguien que nos inspirase, y yo, cuando pienso en usted y todo lo que ha conseguido, me da mucha envidia.
Envidia sana, claro.
- Tú puedes llegar a ser mucho mejor que yo, mucho mejor.
- Se lo agradezco, doña Carmen, pero es imposible.
Yo nunca voy a conseguir todo lo que usted ha hecho.
- Solo tienes que creer en ti.
[Música] - Bueno, pues, yo creo que ya está todo claro, ¿no?
- No, Margarita, tú ya has ocupado el espacio de Roberta.
- A ver, es que "La Guerrero" luce mucho más en portada.
- ¿Y si ponemos la entrevista que le ha hecho Flavia a doña Manuela?
- No sé, no me está quedando muy bien.
- Pues, ya está, no se hable más, la portada, para mí.
- Roberta, estamos votando lo de la portada.
¿Tú tienes alguna idea?
- A ver, ¿qué no entendéis que no quiero saber nada de esa estúpida revista?
- Bueno, podrías colaborar un poco, ¿no?
Es muy importante para todas.
- ¿Importante?
A ver, Candela, que porque pongas a cuatro mujeres en un papel no va a cambiar nada.
Este mundo está hecho por y para los hombres.
Solo hace falta que salgáis a dar un paseo y os vais a dar cuenta.
- Tienes razón.
Y Teresa, también.
Los negocios, los nombres de las calles... Al final, son siempre ellos los que lo manejan todo.
- ¿Y si hacemos que cambie?
Pongamos el nombre de una mujer para la calle de la academia.
- Pero ¿cómo vamos a hacer eso?
¿Con una placa y todo?
- No, no, imposible.
En mi pueblo, todas las calles tienen nombres de hombres.
- ¿No queréis una buena portada?
- Sabéis lo que van a decir las maestras, ¿no?
- Ni hablar, ya hemos llamado suficiente la atención este año.
- Pero ¿eso se puede hacer, cambiar el nombre de una calle?
- Sí, pidiéndoselo al ayuntamiento.
- ¿Y qué nombre quieren ponerle?
- Carmen de Burgos.
- i¡Oh!
Manuela: Si es que es imposible, el alcalde jamás aceptaría eso, jamás.
- ¿Ni siquiera vas a intentarlo?
- Lo siento, pero no, Teresa.
Creo de verdad que es perder el tiempo.
Luisa: Siempre reclamamos que se nos tenga en cuenta y, una vez que tenemos la oportunidad de reivindicar el trabajo de una mujer, aunque sea simbólicamente, ¿la vamos a dejar pasar?
- Sí, lo sé, Luisa, si yo soy la primera que admiro profundamente a Carmen de Burgos, de verdad, pero yo tengo que mirar por el bien de esta academia, y creedme cuando os digo que esto solo nos va a traer mala prensa.
- No sé, es algo que surge de las niñas en una actividad que con tanto empeño hay que llevar a cabo, y ahora no quieres apoyarlas.
- ¿A qué viene todo esto, Teresa?
No me he empeñado en llevar a cabo ninguna actividad.
Te he pedido por favor que hagas tu trabajo y que cumplas con el plan de estudios, solo eso.
- ¿Qué te pasa conmigo, Manuela?
Esta es la segunda vez ya que me acusas de no cumplir con mi trabajo.
- Creo que nos estamos desviando del tema, ¿eh?
- Teresa, de verdad, no me lo estás poniendo nada fácil.
Es que ya no sé qué hacer.
Es que no estás bien, pero no quieres unos días libres, no me dejas ayudarte, pero haces las cosas a mala gana.
¿Qué quieres?
Luisa: Señoras.
- Por favor, dímelo.
¿Qué necesitas?
¿Qué puedo hacer?
- Señoras, ¿podemos concluir el debate, eh, y proceder a la votación?
- Manos alzadas a favor de cambiar el nombre de la calle.
- Pues, empezad con el trámite.
Proceded.
Gracias.
- Manuela, creo que ha llegado el momento de tomarme esos días libres.
[Suena puerta que se abre y cierra] [Música] - i¡Han dicho que sí, las maestras están de acuerdo!
- Qué bien.
- ¿Qué haces?
- Voy a vender algunas cosas.
Necesito dinero.
- ¿Para qué?
- Para saber algo de mi madre.
Hay un hombre que dice que puede ayudarme.
- ¿A cambio de dinero?
- Sí.
Tampoco es tan raro, en la calle, todo tiene precio.
- ¿Y va Teresa o alguna maestra contigo?
Pues, no deberías ir sola.
- Mira, si me quieres ayudar, suelta monedas, no consejos.
- Yo puedo dejarte dinero.
Pero voy contigo.
- ¿Me estás chantajeando?
- Bueno, por eso, te van a dar una miseria.
¿Trato?
[Música] - No te lo vas a creer.
Acabo de hablar con el alcalde, y está encantado con lo del nombre de la calle, quiere que sea cuanto antes.
Tendrías que firmar todo esto.
- Madre mía, una inauguración por preparar, lo que nos faltaba.
¿Y todo esto es para el cambio de la placa?
- Bueno, en realidad, hay unos permisos para que la academia sea la sede de una competencia de tiro con arco.
- Ah, ¿sí?
- Sí, las agrupaciones deportivas dan fondos para la organización, y creo que es un empujón que María Jesús necesita.
¿Qué te parece?
- Bueno, que ya va siendo hora de volver a llenar la vitrina con trofeos, ¿no?
[Llaman a la puerta] Adelante.
- Doña Manuela, me gustaría hablar con usted.
- Claro, pasa a mi despacho.
¿Está todo?
- Gracias, sí.
Lo pongo en marcha, gracias.
- Cerrad.
[Música] - Quiero irme a mi casa.
- ¿Por qué?
¿Qué ha pasado?
Roberta, si no me cuentas qué ha pasado, no te puedo ayudar.
- Doña Manuela, por favor, solo quiero que llame a mi padre para que venga a buscarme.
- Tu padre nos pidió que no le llamáramos hasta el final de curso.
- ¿Por qué?
- No lo sé.
Supongo que pensó que era lo mejor para ti.
- [Suspira] Pues, no lo es.
Y ahora, estoy aquí atrapada.
[Música] [Suena puerta que se cierra] [Música] - Me pediste unos días libres, y yo me los he tomado, así que espero que no me traigas un sermón.
- Teresa, no he venido a discutir.
- Pues, te lo agradezco, porque estoy agotada.
- He venido a disculparme.
[Suspira] Teresa, eh... No sé, siento si he sido muy dura contigo, pero es que me siento impotente.
Es que la Teresa que conozco nunca habría llegado a este punto.
- Quizás, esa Teresa se haya quedado en la cárcel.
- Pues, depende de ti recuperarla.
- Créeme que lo he intentado, pero no puedo.
- [Suspira] ¿Y por qué te empeñas en hacerlo tú sola?
¿Por qué no cuentas conmigo, o con Ramón, o con Roberta?
- [Ríe] Sobre todo, con Roberta.
Está de lo más contenta.
- Sabes que, si sigues así, la vas a perder, ¿verdad?
Ha venido hoy a mi despacho para decirme que se quería ir de la academia, y que hablara con su padre.
- ¿Y qué le has dicho?
- Pues, la verdad, suavizada, pero la verdad, que su padre nos pidió que no le molestáramos.
Teresa, Roberta está sola... Y te necesita, y tú a ella, también.
[Música] - Es que no estoy bien... Y no quiero hacerle daño.
- No le vas a hacer daño.
Ella te adora.
Te querrá y te entenderá tal como eres, con tu pasado y con tu dolor... Como hago yo.
- [Ríe] - [Suspira] Mírame a los ojos.
Necesitabas un tiempo, y lo has tenido, pero ya está, se acabó, ha llegado el momento.
No puedes permitirte perder a Roberta, no puedes.
- [Suspira] [Música] - [Carraspea] Sé que no sirve de mucho, pero lo siento por el espectáculo.
Lo que más me duele es haber entrado en su juego... Y haberme comportado... Pues, como un Peralta.
[Suspira] - Bueno, ahora tenemos otra cosa en común.
Nuestros padres son unos cretinos.
- Podríamos hacer una competición, a ver quién gana.
[Ríe] - [Ríe] - Tendríamos que dejar de amargarnos y vivir nuestra propia vida.
Y, quizá, algún día, seamos un referente pa alguien.
[Música] [Suenan murmullos] Luisa: Pues, están haciendo un buen trabajo.
Sí, se les ve muy motivadas con esto de la revista.
- Sí.
- Madre, ¿qué hace aquí tan pronto, si la inauguración es dentro de tres horas?
- He venido solo a acompañar a tu padre, no vamos a quedarnos.
- ¿Por qué?
- Eso le he dicho yo, con lo que le gustan a ella los actos oficiales.
- No pienso participar en esta farsa.
Ya he presentado mis disculpas.
Manuela: Madre, por favor, debería estar orgullosa de lo que han conseguido las alumnas.
- ¿Y qué han conseguido?
¿Tú crees que el alcalde aceleraría tanto los trámites si no quisiera nada a cambio?
Temo que esto es una trampa, y me indigna veros caer en ella.
- [Resopla] [Música] - No esperaba que trajeras compañía.
[Música] Pero esto es limosna, chiquilla.
Lo que yo sé vale un tesoro.
- Es todo lo que tengo.
Ahora dime dónde encontrar a mi madre.
- ¿"Eso es todo lo que tengo"?
[Música] Y ahora, vente conmigo, que la persona que sabe está ahí dentro.
- Que salga, no nos movemos de aquí.
- Niña, tú tienes mejor futuro que esta, así que arrea pa casa.
¿Qué te crees, que por vestirte como una señorita dejas de ser una salvaje?
Deberías agradecerme lo que te voy a enseñar aquí.
- ¿Dónde está mi madre?
- ¿Tu madre?
Ni lo sé ni me importa, así que arrea pa adentro y no me hagas cabrear... - i¡Suéltame, suéltame!
- i¡Corre!
- [Gime] - i¡Corre, corre!
- i¡Vieja de Satanás, ya vendrás a pedirme trabajo!
[Suena puerta que se abre] - Las pruebas de orina han dado positivo, tanto en trigo como en aceite.
Y, desde luego, la exploración no deja lugar a dudas.
Flavia, estás embarazada.
- ¿Está seguro?
- Sí.
¿No te alegras?
- ¿Puede repetirme las pruebas?
Por favor, se lo ruego, repítamelas.
Por favor, tiene que haber un error.
- Las pruebas son correctas.
Entiendo que la noticia te pueda sorprender.
- Pero no le diga a nadie.
¿Me promete que no se lo va a decir a nadie, ni a Enrique, ni a mis padres, ni a nadie?
Se lo ruego.
[Solloza] - [Suspira] Flavia, esto es algo que, tarde o temprano, ellos tendrán que saber, y tú ni puedes ni debes ocultarlo.
- Y se los diré, se los diré, pero deme unos días, por favor.
[Música] - [Suspira] [Suenan murmullos] [Suenan pasos] Pero, bueno, ¿qué ha pasado?
¿Por qué vais descalzas?
- Da igual.
- ¿Cómo que da igual?
No habréis ido a la Calle de los Arcos.
[Música] Inés, te lo prohibí.
Y tú le has acompañado, ¿no?
Bien... [Suspira] ¿Estáis bien?
¿Qué ha pasado?
Que qué ha pasado, Inés.
- Nada, no ha pasado nada, porque nadie sabe nada, y nunca voy a saber nada sobre mi madre.
Pero, eso, ¿a quién le importa?
Debería dar las gracias ya por estar aquí, ¿no?
Es más de lo que tiene cualquier morena.
- Esquizofrenia, esto es lo que creo que puede tener Elías.
- ¿No habíamos quedado que no te ibas a acercar a él?
- A que ve y escucha cosas que tú y yo no.
- Sí.
- Pues, eso es porque tiene una percepción alterada de la realidad.
Y, claro, se pone nervioso, se angustia y dice cosas incoherentes, y por eso parece raro, pero no es raro, Ramón, tiene una enfermedad.
- ¿Y cómo podemos ayudarle?
- No sé.
Según el libro, lo mejor que podemos hacer es tratarle con normalidad, intentar que esté tranquilo.
Al menos, hasta que consiga investigar un poco más o consiga a alguien que pueda ayudarle.
Te lo dejo aquí para que te lo vayas leyendo, ¿de acuerdo?
- Gracias.
[Suenan murmullos] - Margarita, ¿has visto a Roberta?
- No ha querido bajar.
- Gracias.
[Suenan murmullos y risas] - Bueno, yo creo que está todo más o menos organizado.
¿Cuánto queda?
- María Jesús, el permiso para que participes en la competición de tiro con arco.
Solo falta la firma de tu padre.
- Yo... - María Jesús, si yo he podido, tú podrás.
- Gracias, doña Carmen.
[Suenan murmullos] [Música] - Hola.
- No me lo puedo creer.
Voy a echarlo ahora mismo... - ¿Delante de la prensa?
Ni se te ocurra, es exactamente lo que está buscando.
- Qué poca vergüenza, de verdad.
- Buenos días, señor alcalde.
¿Qué tal?
- Peralta, buenos días.
- ¿A qué ha venido?
No tiene derecho a estar aquí.
- "No hay mayor desprecio que no sea aprecio".
[Música] - ¿Estás bien?
- Sí.
La columna esta, que nunca me gustó.
¿Y tú?
Que me han dicho que no te sienta muy bien la gimnasia.
[Ríe] Oye, siento que haya que enterarse así de lo de... - No pasa nada.
Está todo bien, de verdad.
- Es que quería llevarlo en secreto, por lo de mi... Por lo de Rafita... Que sabes que no ha sido fácil.
Pero ¿de seguro que estás bien?
- Es por los exámenes.
Me exijo demasiado.
- No te preocupes por eso, que vas a ser la mejor abogada de todo Sevilla.
Eso lo sabe todo el mundo.
Anda, ve, que te vas a perder todo el lío que habéis montado por lo de la placa.
[Música] - [Solloza] [Música] Manuela: Esta iniciativa tan interesante ha nacido de nuestras alumnas, así que, ¿qué mejor que una de ellas para hablar ante ustedes?
[Suena obturador de la cámara] - Cuando Teresa nos propuso escribir sobre nuestras referentes, pensé en las pocas mujeres que salen en las revistas, me puse muy nerviosa, como ahora, más o menos.
[Ríe] Nos pedías un imposible.
Primero, pensé en escribir sobre mi madre, pero luego me di cuenta de que muy muy cerca tenía a alguien que también estaba haciendo historia, Inés.
Inés es la primera mujer negra en estudiar en nuestra academia y, seguramente, sea la primera mujer negra en estudiar en Andalucía y, a lo mejor, ¿quién sabe?
En toda España.
Y, aunque está siendo muy difícil para ella, el día de mañana, otras mujeres se mirarán sus logros, igual que lo hago yo.
Así que, este es nuestro homenaje a todas las mujeres que rompen barreras, porque sus logros hacen que nos preguntemos qué tipo de mujer queremos llegar a ser, y cada una de ellas nos abre un mundo nuevo.
[Suenan aplausos] - Gracias, gracias, muchas gracias.
Por fin ha llegado el momento por el que tanto tiempo hemos estado trabajando.
- Pero ese no es el nombre.
- Se habrá equivocado.
- Esta placa homenajea al escritor, diplomático y académico Juan Varela, andaluz ilustre y firme defensor de la educación de las mujeres para conseguir tres pilares esenciales, recato, honestidad y decencia.
- Doña Manuela tenía razón.
Ya sabemos por qué tanta prisa, está haciendo campaña y, de paso, dejando claro de qué lado está.
[Suenan murmullos] Manuela: No es el nombre que habíamos acordado.
- Ya, ya lo sé.
¿Acaso pensaba que iba a ser parte de su indecorosa revolución?
- ¿Disculpe?
- Promueve actividades que alejan a estas señoritas de la virtud, por no hablar de su empeño en admitir a una morena entre ellas.
- Permítame que le diga... - No, no, señora, está usted acostumbrada a hacer y a decir siempre lo que se le da la gana, pero eso se acabó.
Sevilla es mi ciudad y, si alguna vez se le olvida, mire esta placa.
Y, ahora, sonría, por favor.
[Suenan murmullos] [Suena obturador de la cámara] - Felicidades por el acto.
Ni yo habría elegido un nombre mejor.
[Música] - Es que no es justo.
Luisa: Habéis hecho todo lo posible, tenéis que estar muy orgullosas.
- Nosotras lo estamos.
- ¿De qué?
¿De qué nos han engañado?
Manuela: Yo me he leído todos vuestros artículos, y tengo que deciros que me ha hecho muy feliz ver que habéis descubierto mujeres que os inspiran de esa manera.
Y, gracias a vosotras, ya nunca más van a ser invisibles.
Teresa: Y, aunque no hayáis conseguido la portada que esperabais, podéis escribir un gran artículo con lo que ha pasado hoy.
- No, el día de hoy todavía no está escrito.
A ver, ¿qué nos han enseñado todas estas mujeres?
Y vosotras.
Que, para conseguir algo, hay que pelear, ¿no?
Luisa: Sí, Inés, pero, lamentablemente, la lucha acaba cuando nos topamos con un muro infranqueable, créeme.
- Pues, yo creo que, si te ignoran, callarse no sirve de nada.
Y que, aunque nos engañen, no somos idiotas, y que ese muro hay que saltarlo.
Así que, no sé vosotras, pero yo me voy a pintar la placa que nos merecemos.
Y, si alguien se quiere manchar las manos, que me siga.
[Música] - Toma este, estos dos... Muy bien, así estaría.
[Música] - ¿La línea?
- Sí.
- Muy bien, Margarita.
[Suenan murmullos] - [Ambas ríen] [Música] - Te quedó muy cursi el discurso, pero nadie había dicho así algo de mí.
- Y eso que me callé lo bien que sabes meterte en líos.
- [Ambas ríen] - No creo que nunca sepa nada de mi familia, pero ya no me siento tan sola.
- ¿Quién es la cursi ahora?
- [Ríe] [Música] - Señoritas, queda inaugurada la Calle de las Mujeres Olvidadas.
[Suenan aplausos] [Suenan vítores] - Les has enseñado a no rendirse.
- No, me lo enseñan ellas a mí.
Discúlpame.
[Llaman a la puerta] Tus compañeras han colgado su propia placa.
¿No vas a bajar a verlas?
- Me da igual.
- Me ha dicho Manuela que... Qué estás pensando en irte de la academia.
¿Tengo algo que ver con esa decisión?
- Pensaba que era yo la egocéntrica.
- Roberta, eh... Yo entiendo que estés enfadada, y quiero pedirte disculpas por el desencuentro de ayer en clase, y... Porque sé que... Que últimamente no he estado para ti.
Me gustaría hacerlo mejor... Y quisiera sincerarme contigo.
¿Te apetece dar un paseo?
Aquí me trajo Manuela el día en que salí de la cárcel.
Y, cuando llegué, me abrumó.
La belleza, el... La luz, la brisa.
Pero también me puse muy triste.
He estado tan privada de esto.
La cárcel... Ha sido algo muy sórdido, muy duro... Y eso te aniquila.
Te pierdes a ti misma, y de eso es muy difícil recuperarse.
Pero estoy en eso, Roberta.
Sé que no he hecho bien las cosas últimamente.
Tengo muchos miedos.
No quiero perder las cosas valiosas que tengo, y tú eres muy importante para mí.
- Tú también eres muy importante para mí, Teresa.
- Lo sé.
Tengo algo que contarte.
- Dime.
- El día que me llevaron presa... Me pasó algo que... Me impactó mucho más.
Me enteré de que somos hermanas.
- Pero ¿qué dices?
- Mi padre es el tuyo.
- Pero, Teresa, ¿cómo vamos a ser hermanas?
- [Solloza] Mi padre y tu madre tuvieron una aventura.
Roberta, escúchame... - No, no, no, no.
- Roberta... Roberta.
i¡Roberta!
[Suenan pasos que se acercan] - Roberta.
- No voy a entrar.
- Sí, ábrala, ábrala, que es mi hija.
- He dicho que no voy a entrar.
- ¿Cómo estás, hija?
¿Has recibido mis cartas?
Porque, como no me has contestado... - ¿Por qué me has mentido?
Ha tenido que contármelo todo Teresa porque tú no has sido capaz de contarme nada.
- Hija, yo... Yo intentaba protegerte... - ¿Protegerme de qué?
Lo único que has hecho toda la vida es mentirme.
- [Solloza] Sé que estás enfadada, pero ahora lo importante... - No tienes ni idea de cómo me siento.
Si te hubiera importado algo, me lo habrías contado.
- Roberta, vas a estar bien, vas a estar bien, porque Teresa va a cuidar de ti.
- Nadie va a cuidar de mí, porque nadie lo ha hecho nunca.
- No digas eso.
Tienes que ser fuerte.
- Guardia.
- Hija, por favor, escúchame.
Hija... - Yo ya no soy tu hija.
- ¿Cómo?
[Solloza] [Música] - Has hecho lo que tenías que hacer, Teresa.
- Se está haciendo muy tarde.
Creo que voy a salir a buscarla.
Roberta, ¿de dónde vienes?
- No quiero volver a saber nada más de ti.
[Música] - [Suspira] [Música] Luisa: Pero ¿vamos a celebrar el carnaval?
- En aquel entonces, era tradición que en carnaval las mujeres cosiesen un pelele entre todas.
Personificaba al varón, que las relegaba al ámbito de la casa.
Una vez al año, en carnaval, podían quejarse.
Todas: i¡Dos, y tres!
- Estoy embarazada.
- ¿Qué dices?
[Suenan risas] - ¿Cómo voy a ser madre, si lo único que quiero es estar con vosotras?
No puedo dejarles que sigan decidiendo por mí.
- No entiendo esa tozudez de seguir estudiando, y mucho menos, en ese sitio.
- Una vez, me dijeron que hay unos sitios a las afueras de Sevilla.
A lo mejor, Inés sabe algo.
- ¿Cómo llevas los cambios?
¿Te adaptas?
- No sé, es raro ver cómo la gente nos ve como el matrimonio perfecto, y... Y, luego, dormimos en habitaciones separadas.
Y, últimamente, ni eso, hay noches que no llega a casa.
¿Sin maquillar y con la misma ropa de ayer?
¿Te estás viendo con alguien?
- Manuela, ¿tú le habéis dado permiso a Roberta para que falte a mi clase?
- Roberta, mientras seas alumna en esta academia, vas a tener que cumplir las normas.
- Pues, me voy, ya está.
- Roberta, te he pedido disculpas, he intentado explicarme lo mejor posible para que me entiendas, es que no sé qué más puedo hacer.
No puedo volver atrás y hacerlo de otra manera.
- Pues, mira, eso estaría muy bien.
Ramón: Vas a ser una hermana estupenda, Tere, estoy seguro.
- Me falta material.
- ¿Sí?
Seguramente, alguna de las chicas lo habrá cambiado de sitio.
- Necesitamos que saque más material.
Si no lo hace, la primera persona que se va a enterar de los líos en que andas metidos será ella.
Margarita: Va a ser el mejor beso de nuestras vidas, va a ser increíble.
- Ya están aquí.
- Elías, ¿estás bien?
- Dejadme.
Teresa: ¿Qué tal va el paripé?
- Pues, mira, como alguien me vuelva a decir la buena pareja que hago con Martín o la suerte que tengo, me quito la vida.
Estoy agotada de fingir que todo está bien cuando, en realidad, las cosas no están bien.
Quiero que sepa que no voy a callarme más, que se acabó, y que voy a seguir tomando mis propias decisiones, aunque le duela, sean las que sean, aunque me equivoque, porque no soy perfecta, ni quiero serlo, i¡no quiero!
i¡Lo único que quiero ser es libre de una vez, libre!
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