[alarma] [Pepe] !¡Mamá!
Mamá.
!¡Mamá!
Buenos días, mamá, llegamos tarde al cole.
-¿Qué hora es?
-Casi las 8:00, pero ya estoy listo.
Bien, muy bien, vea, corre con la abuela.
Corre, corre, corre.
[hablan en italiano] -[Pepe] Abuela, abuela.
-¿Eh?
-Abuela, venga.
-¿Eh?
-!¡Abuela!
-!¡Mamá!
Despierta que tienes que llevar a Pepe al colegio, mamá.
Cinco minutitos más, por favor.
Qué cinco minutitos ni qué leche, que tengo los ensayos que mañana es la exhibición.
Tu turno.
-Abuela, abuela, !¡abuela!
-¿Qué?
[suena música alegre] [Candela] Hola.
[habla en italiano] ¿Será porque no puedes dejar de pensar en mí?
¿Y qué hacemos hoy?
¿Todo bien?
[habla en italiano] !¡Ya estamos!
Aprovéchate, que estoy aquí.
Me parece a mí que estás yendo un poco rápido, ¿eh?
!¡La que te parió!
[habla en italiano] Por favor, no, no, no, no, ¿por qué?
[habla en italiano] -!¡Mamá!
-[Rosario] !¡Ya estoy levantada, no hace falta que me grites así!
[habla en italiano] ¿Por qué no te vas a la mierda?
[habla en italiano] [golpes a la puerta] [Rosario] ¿Puedo utilizar el baño un momento yo también?
Yo no te entiendo, me metes prisa y ahora te encierras ahí.
[Pepe] Venga abuela, vamos.
Ya voy, ¿me permite?
-¿Qué pasa?
-¿Tú no lo ves?
¿El qué?
Aquí hay una persona de más.
Sí, tú, salte, por favor.
[música dramática] Gris, gris oscuro, gris marengo, negro, a ti te invitan a todos los funerales, ¿no?
[habla en italiano] Pero, ¿por qué haces esto, si tú en realidad lo que quieres es dormir hasta las tantas e irte a comer a un restaurante a la playa?
[habla en italiano] Yo lo sé todo de ti.
Y te digo todo lo que tú no te atreves a decir.
[habla en italiano] ¿Qué haces?
!¡Ah!
¿Quieres que te acompañe?
Okay.
[suena música interesante] [quejido] [habla en italiano] [habla en italiano] Es mi caos y a mí me gusta.
[habla en italiano] No.
[Rosario] Ya voy, un momento.
!¡Perdón!
Muy bien, mi amor, has hecho muy bien.
[suena música interesante] Pepe, que no corras, hombre.
-Adiós, Pepito.
-Buenos días.
-Buenos días.
-Adiós.
[Rosario] ¿Y si pasa una moto qué hacemos?
Mierda de cascajo.
No, no me hagas esto, arranca.
¿Tú qué haces mirando ahí tan tranquilo?
¿No se suponía que venías a ayudarme?
Hala, échame una mano.
[habla en italiano] Entonces, no sé de qué me sirves tú, y no sé qué hago hablando contigo.
[habla en italiano] [hablan en italiano] Vaya coche de pijo, ¿no?
Aunque me vale para dar una vuelta, ¿eh?
Tenemos que aprovechar el día.
[hablan en italiano] ¿Por qué no vamos a la playa?
¿Tienes otra cosa mejor que hacer?
[hablan en italiano] Yo no me voy a mover de aquí.
[hablan en italiano] [habla en italiano] [suena música alegre] Tú no existes.
[suena música flamenco] -Hola, Candela.
-Hola.
[soplido del viento] Ay, no, no, no, por favor.
[habla en italiano] !¡Ni lo pienses!
Esto es el vestuario de mujeres, fuera de aquí.
[habla en italiano] ¿Tú no has escuchado lo que te he dicho?
!¡Que te vayas ya de aquí!
Me cago en ti, fantasma de las pelotas, que encima eres un pervertido, que te vayas ya de aquí, de la puñetera, que te vayas ya, de una puñetera vez, que estoy a las pelotas de ti.
[habla en italiano] !¡Que te vayas de aquí ahora mismo!
¿Que tú no me has escuchado, fantasma de las narices?
Que me dejes en paz, ya de una puñetera vez.
!¡Coño!
!¡Déjame en paz!
!¡Ah!
[Anna] ¿Candela, está?
Dame un segundo.
¿Estás bien?
Pues, sí.
Desde que has vuelto de Praga, estás muy rara.
Pues, no sé por qué lo dices, si estoy tan normal.
¿Has conocido a alguien?
¿Un hombre?
No.
Tú siempre encuentras hombres y yo nunca, qué injusto.
Me voy a cambiar.
Qué rara está.
[timbre de teléfono] [habla en italiano] [habla en italiano] [suena música romántica] Ay, igual tú te has olvidado, pero yo no.
Ni miguitas.
[habla en italiano] Pues, que lo último que querías era coger el puesto de tu padre.
Y debo decir que cuando eras pequeño, tenías las ideas mucho más claras.
¿No te acuerdas de aquella vez?
[hablan en italiano] [suena música dramática] [habla en italiano] Segunda parte de la primera, vamos con el paseillo, ahí, el paseillo, muy bien, y ahora, lateral, cuatro, un, dos, tres, cuatro.
Un, dos, tres, cuatro.
Eso es, olé.
Un, dos, tres, cuatro.
Un, dos, tres, cuatro.
Y ahora, vamos a coger la vuelta, ¿vale?
De aquí, la que hemos hecho quebrada, así, mirando todos al espejo... [quejidos] ¿Qué ha pasado, Felipe?
Que me he quedado clavado.
Bueno, a ver.
¿Tú de qué te ríes?
Ya te entrará a ti la próstata.
[quejido] -¿Dónde te duele?
-Un poco más abajo, ahí, ahí.
¿Aquí?
A ver, dame una mano, pásame la otra.
Ay, ay, por Dios, qué grande.
Coge aire.
[crujido de huesos] [quejido] ¿Qué tal?
-Mucho mejor, gracias.
-Bueno.
-Pase, pase, pase.
-Buenos días, Ignacia.
[Ignacia] Pase usted por aquí, que ya verá.
Aquí tiene usted la sala, ¿mh?
Como verá, tiene muchísima luz, mucho espacio.
Unos 180 metro cuadrados, 90 útiles.
Bueno, mantén la calma, por favor.
¿Qué hacéis ustedes?
[Ignacia] La luz está dada de alta, y la instalación está en perfectas condiciones.
Y también hay una caldera para la calefacción, que ahora, cuando salgamos, yo se la enseño.
!¡Ay!
Qué humedad.
Es que el inquilino anterior no se ha preocupado nada por el mantenimiento.
Ve que aquí, la propietaria, en ocho años, no ha venido a hacer ningún tipo de mejora al local.
La instalación eléctrica no funciona y la caldera una vez arranca y otra vez no.
El inquilino anterior, pero ya se va. A mí me parece que eres tú la que se va a ir de aquí.
Así que el inmueble está ocupado.
-Sí.
-No.
El inmueble está a punto de quedarse vacío.
Está a puntito de irse, ese no es ningún problema.
Venga usted por aquí, que yo le enseño los vestuarios.
!¡Que tú no vas a enseñar nada!
¿Mh?
¿Qué te apuestas?
Yo tengo un contrato de alquiler, y hasta que no se termine, esto es mío, y tú solamente vienes aquí si yo te invito.
El desahucio es definitivo, si ya está formalizado.
Anna, llama a la policía, que tenemos intrusos.
Lo siento, Ignacia, pero tengo otra cita ahora y debería marcharme, llámame a la agencia en cuanto la situación se aclare, ¿eh?
Hasta luego.
Pero, a ver, chiquillo, espérate, espérate, si no hay ningún problema... Anda ven, ven, ven.
Ya está.
!¡Candela!
Candela, Candela.
!¡Candela!
Sebastián, por favor, que esto es una tontería.
-Bueno, yo te llamo mañana.
-[Anna] !¡Candela!
-!¡Y no quiero volver a verte!
-Por favor, para, para.
Ya.
!¡Para!
[motor arranca] Adiós, Ignacia.
-¿Qué ha pasado?
-Ay, mamá.
¿Pero qué pasa, Candela?
!¡Ay!
De verdad, ¿eh?
Es que tenemos que buscar una solución.
Pero si esta mujer no te creas que es mi mayor problema.
Es que a ti te pasa algo, yo creo que tiene que ver con un hombre.
!¡Que no hay ningún hombre!
[Rosario] Creo que sé lo que te pasa.
Tú tienes mal de ojo, es que si no, yo no encuentro otra explicación.
Mamá, por favor.
Oye, que no es ninguna tontería, ¿eh?
Tendrías que ir a ver a don Fulgencio.
¿Quién?
Uno de mis ex, el párroco de San Pedro.
-¿Un cura?
-!¡Sí!
Es que, bueno, una vez tuvo que elegir entre Dios y yo, y claro, entre el altísimo y la bajita, pues lo prefirió él.
Pero vamos, que es fuertísimo, el tío práctica exorcismos y cosas de esas.
Entre un exorcismo y un hechizo hay una diferencia.
Mi tía Justina fue a verle.
Y ella decía que estaba poseída, que veía al diablo, y esas cosas, ha sido una cosa rarísima, y el tío, yo no sé cómo, la curó.
Ahora está fenomenal.
Yo prefiero a una bruja, pero no se pierde nada por probar, yo que tú, iría a verlo.
De mi parte.
Esta está más perdida que el barco del arroz, ¿eh?
[habla en italiano] Conozco sitios mucho más románticos que esto, ¿eh?
[hablan en italiano] Cariño mío, ¿pero no te das cuenta que estás perdiendo el tiempo con esto?
Que yo no soy una enfermedad, que en todo caso soy tu cura.
[hablan en italiano] Es que no es necesario que hagas esto para saber lo que soy, porque sabes qué soy, la mejor parte de ti.
[hablan en italiano] Pues, aquí estamos.
¿Qué ha pasado?
Que ahora tienes miedo, ¿no?
¿Quieres salir?
¿No me oyes, eh?
¿Ha perdido al perro?
-Sí.
-¿Le echo una mano?
No, no.
No hace falta, gracias.
Si yo te ayudo con mucho gusto.
[imita ladrido] Ya lo he encontrado.
Vamos.
[habla en italiano] -¿Padre Fulgencio?
-Sí, dime, hija.
Yo soy Candela, vengo de parte de Ana.
Ajá, ¿y?
Es que le necesito.
¿En qué sentido?
Tengo visiones.
¿La Virgen María?
No, Massimo Salvatori.
[suena música interesante] [silbido] [hablan en italiano] Que te gusta mirarte el ombligo, ¿eh?
Siempre queriendo ser el protagonista de todo.
¿Tú sabes que en el mundo hay unos 7 000 000 000 de personas?
¿Qué te hace pensar que tú eres el único al que le pasa esto?
[suena música interesante] [hablan en otro idiomas] [suena música navideña] [suena música clásica] [campanadas] [Francisco] Está clarísimo, hija, Satán está intentando apropiarse de tu alma bajo esta forma de ejecutivo sin escrúpulos, un esclavo de la corrupción del dinero.
[habla en italiano] Una pregunta, ¿la inmunda criatura se encuentra presente en este momento?
Sí.
[habla en italiano] Y parece violento, ¿eh?
Sí, es una reacción típica.
Lo hacen cuando saben que tienen las horas contadas.
San Miguel Arcángel lo echará con su espada, guiada por la mano de Dios.
[habla en latín] Uy, perdona.
[habla en latín] ¿Alguna cosa?
[habla en latín] ¿Nada?
[habla en italiano] [habla en latín] -Está funcionando.
-¿Sí?
[habla en latín] Aquí, aquí, acá.
[habla en latín] !¡Aquí!
[habla en latín] [quejidos] -Se ha ido.
-¿Sí?
!¡Se ha ido!
!¡Ja!
Ha funcionado.
¿De verdad?
Padre, usted es un santo, ¿cómo lo ha hecho?
Yo solo soy un instrumento de Dios, hija.
-Padre... -Hago lo que... ¿Qué hace?
Padre, ¿qué hace?
Ah, ay, perdón, eh.
Ay, Satán siempre está al acecho, hija, hay que estar muy atentos.
Hay que estar muy atentos, ve con Dios, por favor.
Ya, ay.
Padre, ay, no.
[suena música alegre] !¡Bu!
!¡No me lo puedo creer!
[habla en italiano] Me cago en toda su estampa.
[habla en italiano] ¿Pero qué sabrás tú sobre lo que quiero, te jode qué eres?
[timbre de teléfono] Ramón.
Sí.
Bien, ¿dónde?
¿En el restaurante italiano?
[suena música flamenco] Sangría.
[hablan en italiano] Bueno, a mí la carpintería me parece una mierda, y estoy segura que esa puerta hay que cambiarla.
[hablan en italiano] Si siempre fue idea suya, !¡díselo!
[hablan en italiano] Tú si quieres a esta mujer, tendrías que ser sincero con ella, ¿no?
Porque la quieres, ¿no?
[hablan en italiano] ¿Dónde?
[hablan en italiano] [habla en italiano] [vibración de teléfono] [habla en italiano] [hablan en italiano] [hablan en italiano] !¡Pero si a ti no te gusta el gazpacho!
No ves que se te repite, como esta.
[suena música tarantela] -¿Está usted sola?
-Ojalá.
Es que estoy esperando a alguien.
Bueno, perfecto.
!¡Perdón!
Perdón, perdón, perdón, perdón por el retraso.
¿Qué hacemos en este sitio?
Ya me ha contado Ignacia vuestro encuentro de esta mañana.
Ha sido desagradable, ¿no?
Lo siento.
No, no, más lo siento yo, ¿pero tú no me dijiste que me ibas a ayudar?
Sí, pero tú también tienes que ayudarme a ayudarte.
¿Cómo?
A ver, Candela, tú a veces, eres muy agresiva, y estaría bien que fueras un poquito más amable de vez en cuando.
Con la gilipollas de tu mujer, ¿no?
O conmigo.
¿Qué haces, Ramón?
A ver, Candela, yo estoy de tu parte, ya lo sabes, y estaría bien que tú también estuvieras de mi parte.
Bueno, déjalo, ya está, ¿eh?
Ojalá.
Ya quisiera yo poder dejarlo, pero no lo puedo dejar, Candela, no puedo.
Pienso en ti todos los días, y en lo bonito que sería si tú y yo estuviéramos juntos.
Ramón, que tengo novio, y tú lo sabes.
Ya, ya, pero está en la cárcel, y no se sabe cuándo va a salir, y tú te tienes que sentir muy sola, y yo también me siento muy solo.
Y a lo mejor deberíamos dejar, a ver qué pasa si... si se juntaran nuestras soledades.
[habla en italiano] [timbre de teléfono] Ignacia.
Ignacia, sí, sí, claro, sí, sí.
Sí, claro que voy a ir, cariño, ¿cómo no voy a ir?
Que sí, mujer que voy, dame 10 minutos.
Bueno, cinco minutos, Ignacia, estoy en cinco minutos.
Es mi mujer, me tengo que ir.
Prométeme que vas a pensar en lo que te he dicho.
-No.
-Bien.
Yo te prometo que voy a intentar que Ignacia entre en razón, pero tengo que ver algún gesto por tu parte.
¿Una leche bien dada te parece un buen gesto?
No, un adelanto.
Mujer, a ver Candela, consigue un poco de dinero, para ir saldando la deuda.
Bueno, me tengo que ir.
Hasta luego, Candelita.
!¡Candelita!
[hablan en italiano] [suena música relajante] [habla en italiano] Oye, que te pego, ¿eh?
Todo el mundo con lo mismo.
Yo soy artista y no estoy todo el día pensando en el dinero, de hecho, me importa bastante poco.
[habla en italiano] Bueno, no sé, porque nunca he estado forrada ni he tenido piso para alquilar.
[habla en italiano] [timbre de teléfono] Chino, menos mal que me estás llamando.
Madre mía, qué día.
¿Quién coño es Massimo Salvatori?
¿Tú de qué lo conoces?
No, por suerte no le conozco, porque si no, estaría ya en el fondo del río.
Un tío del módulo seis, ha arreglado el teléfono que me trajo Pepe.
-No me lo puedo creer.
-El que no se lo cree soy yo.
Me paso todo el día aquí pensando en ti, y tú te vas de viaje romántico a Praga, con un italiano pringao.
No, no, no.
A ver, es, esto no es así, a ver, que esto ha sido un malentendido, ¿de verdad me crees capaz de irme con un imbécil así?
[habla en italiano] [Chino] Candela.
Yo sé que esto también es muy difícil para ti, ¿vale?
Eres una tía cojonuda, no puedo pretender que te pases toda la vida sola, pero, ¿qué necesidad había de que yo me enterara?
[Candela] Chino... Chino.
[habla en italiano] [suena música tensa] [gritos] Perdone.
Es una santa, una santa.
[mujer] Que pase el siguiente.
Siéntate.
No, no, si, si yo estaba aquí por casualidad, pero que yo no venía... [mujer] !¡Sh!
Se trata de un joven, guapo, extranjero.
-¿Y usted cómo lo sabe?
-[mujer] Lo percibo.
Estás enamorada de él.
No, no, no, no, yo no estoy enamorada de él, ni siquiera es mi tipo.
-¿Y cuánto tiempo hace?
-¿De qué?
[mujer] ¿Que estás enamorada de él?
Que no, que no, señora, que yo no estoy enamorada de él, que no, ya se lo he dicho.
Y bueno, ya está, gracias, ¿eh?
Pero, le ves.
Incluso cuando no está.
¿Y usted, eso cómo lo sabe?
Lo percibo.
[carraspeo] [carraspeo] Señora.
!¡Señora!
Os encontrasteis por casualidad, ¿verdad?
Pues, pues sí.
Dos veces, en Praga, una vez en el aeropuerto, y otra vez en un restaurante.
Entonces es el destino el que os ha juntado.
Un gran problema.
-¿Pero es muy grave?
-Sí.
El caso es que ahora mismo, en su ciudad, él también te está viendo a ti.
-¿Y usted eso cómo lo sabe?
-Joder.
-Lo percibe, perdón.
-Exacto.
Si tú le ves a él, y él te ve a ti, incluso cuando estáis lejos, y no podéis dejar de pensar el uno en el otro, ¿tú a esto cómo lo llamarías?
No, no lo sé, porque es que apenas le conozco.
Si es que no tiene ningún sentido.
¿Y acaso el amor tiene sentido?
No.
El amor es como un juego, como un milagro de la naturaleza.
Y casi siempre te toca alguien que para nada es tu tipo.
Señora, yo lo siento, ¿eh?
Que de verdad que yo no dudo de sus capacidades y la verdad es que ha percibido muchas cosas exactas pero esta vez yo creo que usted se equivoca.
Conclusión, que no quieres verle más.
Exactamente.
[mujer] Toma este amuleto, póntelo cerca del corazón y no volverás a verle más.
¿Y ya está?
Pues, nada, pos, muchas gracias.
[mujer] Dos cosas más.
Una, yo no me equivoco nunca.
Dos.
Consulta más amuleto, 120 euros.
[suena música de guitarra] ♪ No sé si esto será amor Pero desde que te vi ♪ ♪ He perdido la razón Y así no puedo seguir ♪ ♪ Apareces por aquí Apareces por allá ♪ ♪ Tú me estás volviendo loco Ya no puedo ni pensar ♪ ♪ No puedo vivir Ni contigo ni sin ti ♪ ♪ Mi vida viviré ♪ No puedo vivir Ni contigo ni sin ti ♪ [habla en italiano] [periodista] Pasamos ahora a las noticias de economía, gran expectación por la llegada a Roma mañana del magnate ruso, Nikolai Makarov, que recientemente ha declarado: "Mis empresas están por todas partes, en todo el mundo.
En mi colección me falta solo Italia, espero hacer pronto negocios allí.
Italia es un país con un gran potencial, conquistaré Roma, me interesa...".
[hablan en italiano] [hablan en italiano] [Ana] Muy bien, ahí.
Y... Eso es.
Perfecto, ahí está, muy bien, colocamos ahí.
Muy bien, Rafael, coloca, que sabes que se me vienen pa' bajo.
Muy bien, olé, Rafael, muy bien.
Hola, mis niños, qué arte que tienen.
-[al unísono] !¡Hola!
-!¡Candela!
A ver, ahora vamos a seguir un poquito con brazos, vamos.
!¡Venga!
Oye, ¿dónde estabas?
Deja, vaya, que he tenido un día... ¿Has ido a ver a don Fulgencio?
Sí, te manda recuerdos.
Ay, gracias, ¿qué?
¿Te ha servido de algo?
Más o menos.
A todo el mundo le sirve, menos a mí.
Venga, alegra esa cara, hombre.
A ver, niños, mañana tenemos una exhibición y los vamos a dejar todos flipados, ¿sí o no?
[al unísono] !¡Sí!
Porque esa es la actitud, venga.
[suena música flamenco] [habla en italiano] [hablan en italiano] [claxon] Pepe está dormido ya.
¿Mamá?
¿Tú no habrás visto la cadenita esta que siempre me suelo poner?
Que no la encuentro.
Qué mal fario.
Es que eso es un amuleto maya contra la mala suerte.
¿Cuál de leches, mamá?
Que eso me ha costado ocho euros en el mercadillo, un amuleto de verdad vale mucho más.
¿Lo tenías puesto el día que fuiste el exorcista, eh?
¿Tú no sabrás de una mujer que trabaja de vidente en San Jacinto?
Sí, es muy buena, pero es un poquito cara, ¿por qué, te interesa?
No, no, curiosidad.
¿Y tú, dónde vas así?
¿No es un poco tarde?
¿Pero por qué me has tomado?
La noche acaba de empezar.
Yo me voy a tomar unas cañas, y bueno, a ver a quién me encuentro por el camino.
-Ya.
-Tú no me esperes levantada.
-Vale, adiós.
-Adiós.
[timbre de teléfono] ¿Eh?
[timbre de teléfono] [suena música dramática] [suena música alegre]